Antes de empezar con la “chachara” me presento… mi nombre es Alejandra y soy la creadora de NaturALE, mi perfil de redes sociales (Instagram y TikTok) en el cual comparto información sobre ambiente y sostenibilidad. Por un lado, las problemáticas ambientales que enfrentamos, y por otro, todas aquellas acciones individuales y colectivas que podemos realizar para mitigar nuestro impacto en el planeta. Si les interesa este tema por allá les espero. Ahora sí, entremos en materia…
Es claro que vivimos en una sociedad supremamente consumista; lo anormal es tener un estilo de vida responsable, incluso te miran como bicho raro cuando preguntas: “y eso que vas a comprar, ¿en verdad lo necesitas?”. Estamos tan acostumbrados al consumo insostenible que ni siquiera nos damos cuenta lo destructivo que es, tanto para el planeta como para nosotros mismos. Este es un problema sistémico que parte de nuestro modelo de desarrollo: el capitalismo (salvaje), y que gracias a la publicidad y a las redes nos crea necesidades absurdas y nos empuja a comprar compulsivamente.
Es más, pensemos en las siguientes situaciones:
Ir a un centro comercial a comprar ropa — que generalmente no necesitamos— en tiendas de fast fashion (Zara, Pull&Bear, Bershka, Forever 21).
Entrar a Miniso o Dollarcity, ver alguna cosa bonita que a simple vista parece útil y comprarla pensando: “uy, esto me sirve”, cuando en realidad ni la necesitas, ni la vas a usar.
Entrar a bañarse, poner la lista de reproducción favorita y durar media hora en la ducha, sin importar que se arruguen los dedos.
Para mí, eso era normal hasta hace un par de años, en este momento me parece aberrante; pero estoy segura que muchas personas siguen pensando que esa es la normalidad, porque así es nuestro sistema: insostenible e inconsciente. Esos son ejemplos de consumo insostenible, mejor dicho, todos los actos de consumo en diferentes aspectos de la vida (ropa, maquillaje, hogar, alimentación) que no consideran el impacto sobre el planeta, los ecosistemas, otras especies e incluso otras personas. Y pues bueno, a mi siempre me gusta decir que eso no solo es insostenible para el planeta, sino también para nuestro bolsillo.
Afortunadamente en los últimos años han surgido movimientos como el minimalismo, el slow fashion o el zerowaste, que buscan contrarrestar el capitalismo salvaje para transitar hacia un consumo más consciente y por tanto más sostenible; esta es una lucha contra el sistema, que le da más importancia al capital que a la vida misma.
Sin embargo, ser un consumidor completamente sostenible en un mundo tan insostenible es imposible, por eso me encanta el término “ambientalismo imperfecto”, en este caso, “consumo sostenible imperfecto”… Hacer todo lo que esté a nuestro alcance (considerando nuestro contexto individual) para reducir el impacto de nuestras acciones y nuestras decisiones, empezando desde YA con cualquier acción, que por muy pequeña que parezca, finalmente representa un cambio. Porque está claro que eso es lo que necesitamos: UN CAMBIO, que eventualmente tendrá que ser masivo, es eso o la extinción (no quiero sonar alarmista pero bien sabemos que la crisis es alarmante).
Y yo sé que muchas veces pensamos: “lo que yo haga no importa, soy solo una persona tomando acción”. Con ese pensamiento es muy fácil sentirse desesperanzado y frustrado, incluso puede llevarnos a no hacer nada y esperar a que alguien más lo haga, el gobierno, las empresas, otras personas. Pero si nos ponemos a pensar en cada una de nuestras acciones, multiplicadas por millones de personas (porque cada vez somos más) realmente podemos tener un impacto gigante como consumidores.
Si les digo la verdad, quería poner muchos Tips sobre consumo sostenible, pero considerando que cada uno de nosotros se encuentra en un momento diferente del proceso, me parece complicado decir: Bañate más rápido o empieza a compostar (en mi perfil encuentran todo eso, guiño guiño); pero lo que sí puedo hacer es dejar tres puntos para que reflexionemos (obvio me incluyo):
Piensa en lo último que compraste… ¿Realmente lo necesitabas o fue un capricho?, ¿lo vas usar más de 5 veces?, ¿ya tenías algo parecido?, ¿pudiste haberlo comprado en una tienda más responsable social y ambientalmente?. Te invito a que la próxima vez que vayas a comprar algo te hagas estas preguntas.
¿En tu casa se desperdicia comida?, ¿Cómo es tu alimentación?, ¿Comes carne todos los días?, ¿Conoces los impactos de la ganadería?... porque son muchos y muy graves. Te invito a que la próxima vez que vayas a comer te hagas esas preguntas.
¿Cuánto tiempo estuviste en la ducha esta mañana?, ¿Desconectaste tu celular cuando estaba en 100%?, ¿Anoche apagaste las luces que no estabas usando?, ¿Cerraste la llave la última vez que te lavaste los dientes?. Parecen cosas muy sencillas pero hacer un uso responsable de los recursos es una parte importantísima de este proceso.
Y bueno, hasta aquí va mi parte, ahora empieza la tuya (sino es que ya empezaste). Muchas gracias por leerme y llegar hasta el final, también muchas gracias por querer hacer un cambio en tu vida y en el mundo. Recuerda: ser completamente sostenible en un mundo tan insostenible es imposible; lo importante es avanzar en tu proceso, sin compararte o frustrarte, pero con la certeza de que estas haciendo lo mejor que puedes con los recursos que tienes.
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